26.11.14

Soy una sandia

Se ha celebrado el día mundial contra la violencia de género y no solo se ha constatado el retroceso que se esta viviendo sino que también ha quedado patente la prácticamente nula intención por parte de las autoridades y de los medios de atajar de una vez por todas esta lacra.

He tenido la oportunidad durante este día de escuchar algunas tertulias e informativos que abordaban el tema. He escuchado a carismáticos presentadores, a encendidos oyentes, a afligidos políticos,...y todos han rozado el infantilismo al identificar la violencia, sus causas y la forma de acabar con ella. Resumiéndolo mucho el mensaje viene a ser "la mujer no debe de tener miedo de ser libre, y por si acaso alguna lo tiene le vamos a enseñar técnicas de defensas personal y si aun con eso no vale tenemos que hacer lo que sea necesario para ponerle un par de policías y que así disfrute de su libertad." De todos es sabido que la mejor forma de disfrutar la libertad es imponiéndola a base de fuerza. Pero este no es el tema, que me desvío.
De lo que yo quería hablar es de lo poco que se pone el foco en el agresor, de los motivos que le llevan a actuar de esa manera, de como atajar esos impulsos.
Llegados a este punto(y para evitar que me empiecen a llover ostias desde ya) aclaro que JAMAS voy a justificar un acto de violencia de género, no voy a excusar a nadie. Simplemente quiero exponer lo que a mi juicio es también otra víctima en este entramado.
Y es que el hombre, pese a lo que se suele plantear, también sufre violencia de género. Y no, no me refiero a que sus parejas les agreden, me refiero a que sufren violencia de género por parte del sistema, al igual que las mujeres.
No quiero ahondar en un debate acerca del género, eso daría para mucho y mejor es posponerlo para uno de esos sábados feministas que cada primer sábado de mes suceden en la Voragine. Pero si me gustaría destacar como el sistema, patriarcal, falocentrico y machista impone también unos cánones y una presión a quienes pertenecen al genero masculino. El hombre ha de ser fuerte, decidido, proveedor, habilidoso,...y cualquier otra cosa sera motivo de mofa, no solo ya por su mismo género si no también por el contrario. Un hombre que intenta huir de su rol de género se aventura a un camino muy empedrado donde las ayudas son pocas y los desánimos muchos. "Pareces un mariquita""No llores, que tienes que ser fuerte""Es que en realidad a las tías nos van los malotes y tu eres muy bueno""¿como no vas a saber usar un taladro?""¿vas a dejar que me hable así?"
Los casos son muchos y variados, la presión de género se extiende mas allá de lo imaginado y aunque normalmente se hable de la cosificación de la mujer, la del hombre también es una realidad(cierto es que a menor escala y con un nivel de intensidad mas bajo) pero a mi como hombre también se me imponen unos estereotipos que debo cumplir, léase unas abdominales como las de Cristiano, un perfil como el de george clooney o unos dientes perfectos como los de tom cruise, fuera aparte de poseer un encanto como el de brad pitt y un atractivo como el de hugh jackman, ser capaz de doblegar a cualquiera que se cruce en mi camino con una sola mirada como clint eastwood y poseer la ternura en los momentos mas íntimos como ryan gosling.

Y poco a poco y sin saber muy bien como, he llegado a lo que de verdad quería exponer, la idea central de esto, el primer paso fundamental para acabar con la violencia de género. Dinamitar hollywood y en general el 95% de la literatura.
El concepto mas destructivo, el que mas vidas se cobra, la razón por la cual unos se vuelven capaces de matar a su pareja y otros se dejan humillar mas allá de lo imaginable,...la media naranja. Así es, desde hace demasiado tiempo el sistema, a través de múltiples plataformas nos vende que somos medias naranjas, seres incompletos, deficientes, lisiados, que necesitamos de otra persona para alcanzar una especia de nirvana existencial mediante el cual alcanzaremos la verdadera realización. Pero ojo, no nos vale otra naranja al azar, eso es trampa. Necesitamos a ESA media naranja, la que nos aseguran que en algún lugar del mundo esta hecha para nosotros y solo para nosotros, nuestra alma gemela. Y uno se pregunta ¿Y si la encuentro?¿Y si entre los 7000 millones de seres humanos voy y me encuentro con mi media naranja?¿Y si pasado un tiempo mi media naranja va y me dice que me deja?¿Como voy a alcanzar entonces la verdadera realización?¿Y si no me deja pero mi vida me sigue pareciendo una mierda, soportando al mismo jefe, malviviendo con los mismos cuatro duros? Si mi media naranja me iba a dar la felicidad y no me siento feliz ¿sera   la culpable? Además, tal y como me han enseñado, es MI media naranja, mía y solo mía, me pertenece ya que no conozco ninguna otra forma de relación social que no sea mediante la posesión, mi mujer, mi marido, mi amigo, mi, mi, mi,...
El concepto de la media naranja, esa visión del romanticismo, ese mensaje de "si la quieres tienes que luchar por ella",...todo ello causa mas muertes que ninguna otra cosa ya que nos configura toda una cosmovisión de la realidad en la cual solo tenemos sentido a través de la pareja y en la cual según nos dicen " en el amor y en la guerra todo vale "

Por eso creo que deberíamos plantarnos, en mi caso soy una sandía, cabezón, duro de mollera, rechoncho, redondo y rojo por dentro. ¿Y sabéis que? Soy feliz. Y tengo la suerte de compartir mi día a día con una persona que no me juzga por lo que debería ser si no por lo que soy, que no proyecta roles o cánones acerca de como debería comportarme si no que me ayuda a construir un nuevo camino.
Soy una sandía.

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